Alabado sea
Alabado sea el hechizo
del mes noveno,
de aquella que es mujer en la apostura
de la noche recíproca;
pues esa noche
tiene un ruido de luz blanca
y hace que su eco forje
un cosmos repetido en la expansión de su útero.
Si sajamos el vientre
¿dónde estás tú?
lo geológico del hombre,
el deseo nutricional
de la boca que nombra piedras ineludibles,
cantos telúricos
que claman donde nadie permanece,
mientras,
ante el sanguíneo insecto de las horas,
los desiertos se evaden
en lo fugaz de sus oasis.
Hay que vivir
silabeando los ríos
insalivándoles un cauce libertario
o un gran relámpago de crecimiento.
AUTOR J.J. Ferreriro