
QUEMÁNDOME DE A POCOS
mientras las cuerdas de la vieja guitarra
rompen con su llanto los silencios…
Con el pecho arponeado de recuerdos,
Quemándome de a pocos,
Quemándome de a pocos,
convertidas tantas veces en versos.
Sofocada hasta el hartazgo,
quemándome de a pocos

JEM