La Alameda de los Cipreses
Sendero fragante a un nuevo mundo
de pies desnudos a la misericordia.
Majestuosa realidad sin más temores
vida inmortal sin tristezas y seguridad.
Alameda de cipreses al mundo oculto
donde se extingue el deseo de sufrir.
Insanía de la blasfemia del tormento
de los pecadores penitentes eternos.
Incidente de la evolución del cosmos
que alza al hombre a su hogar etéreo
en la esperanza de libertad de destino
desvaneciendo terror y necesidades.
Celeste paso a la vida serena, gloriosa
de una línea curva, plana y cerrada
transito de expiración a inspiración
abandonando sediento mar sin orillas.
Vuelo al mundo superior del cosmos
en las ígneas y ardientes arenas
del ignoto país sin retorno, el olvido
del rincón de linajes vagos y pavorosos
Un cambio al rostro hermoso de la gloria
la libertad de la superstición del hombre
con opaca venda del falso intelectual
que domina el espectro de vida y muerte.
Pasado el jardín de la vida permanece
el mismo hombre cuerpo sutil y físico
atravesando los hoyos de ultratumba
a la evolución que le disipa la neblina.
En el éter el hombre es el mismo
que determinara sus propias condiciones
el hace y tiende la cama dura o suave
donde se echara en el otro mundo.
Y no se alterara el nombre del hombre
esencia de lo que fue antes de su muerte
el llega con su bienes, con lo que quiso
al nuevo mundo de lo invisible y mágico
Muerte es el abrazo a la ley del cosmos
conforme se actuó de día y de noche
según su ancestral y habitual costumbre
se consumara todo según el amor de Dios.
En el día de morir no se vera más al vulgo
de las gentes en sus tristezas, miserias
falsos y absurdos, ni el dolor fingido
nociva hierba presuntuosa y engreída.
El recuerdo de la muerte debe auxiliar
y no propiciar dolor, levantar el alma
en la apacible expresión del difunto
y para regocijo del ser atravesar el mar
ir tierra adentro hacia la eternidad.
FANNY JEM WONG
12-03.05
La muerte es simplemente un paso a otro plano de existencia en donde cada quien creará el cielo o el infiernos que desee.