Rebaño de implacables plegarias
El olvido es una lámpara de gas grisú,
resplandece en un lugar de oscuridad
debajo de la mina del alma de la gratitud
es un nombre ciego , subterráneo sin luz.
La ingratitud es un jardín de cipreses mustios,
una entrada estrecha a la cloaca del mundo,
en donde bailan necias las palabras fingidas,
con perlas de oro que rasgaron mis ojos.
Morí pidiéndote no me ocultes tu mirada,
para que mis angustias sean perdidas
y no se escuche el tañer de mi llanto,
ni mi lastimero clamor pobre y sumiso.
Pero el rebaño de implacables plegarias
sera olvidado, tirado como criatura errante
que perezce perdida en el monte descarriado
¡Saca! mi nombre de la ventana del sueño.
Más mi palabra siempre será verdad,
profeta de los sueños y lágrimas falsas,
Bestia, toma de mi mano el vino de furia
para que goces como hombre enloquecido.
Y vivas silbando la copla de la muerte,
cuando mi corazón te reduzca al silencio,
como el conocimiento que mísero negaste
y por el que resbalaras bestia salvaje
que abrasaste quebrada en sucio adulterio.
Con ardoroso fuego arderé ciudades y torres
y la habitación lujuriosa donde fornicaste
donde comiste la galleta de cielo inmundo
allí olvidaré: lo de atrás y lo de adelante.
Soñare con el premio de la llamada de arriba
cargando sola la cruz, mi madero del tormento
tragándome la gloria del vientre insatisfecho
con cuerpo humillado pero sujeto a mi misma.
No me pondré ningún yugo hipócrita, mal nacido
yo tengo un solo Dios ¡Cuídate no lo olvides!
Me quedo con las viñas y olivos que no dejo.
Espero que lo que comiste te deje satisfecho.
Seguiré en el camino esperando como nueva
el rostro oculto del dios que me ha olvidado
y que mi corazón quizás nunca quiera ver...
aunque tenga que perder mi casa y el oro de Ofir
A los ricos del pueblo que me pidan de regalo
les guardaré las ropas festivas de una reina
como recién estrenadas para el viejo juego
con el alma y el corazón al amor preparados.
Viviré ajena a la generación ignorante y terca
Rebelde me olvidare de ti como una madre
olvida a su niño de pecho recién nacido
aunque tu nombre grabado con sangre, quede
en las líneas de las palmas de mis manos.
Y ellas mismas hoy te demuelan y devoren
Y te vistan con adornos como si fueras novia
Y la estrechez te trague y tu tierra sea nieve
Y tomes vino agrio y ebria brinde con tu sangre.
Estrechare tus recuerdos uno contra otro
sin compasión, misericordia, lamento ,ni pena
A pesar de que fuiste gloria, hoy seré condena
y ninguna de tus largas maravillas recordare.
Quedaras en la oscuridad de la tierra del olvido,
mientras ,en arca de plata guardare esperanza
para que la gloria si viniera un día al frío
a mi no me haga indolente…y con paciencia
llegue al amor y comparta mi alegría con otros
con el dolor y sacrificio de haberte amado a ti.
Fanny Jem Wong
13.03.05