
PLACERES DE LA NOCHE
Rojas cortinas de seda con borlas y flecos
Dorados cubren la recamara,
Un engastado candelabro de nueve brazos ilumina el recinto.
Abiertas las puertas,
Preciosas muchachas resplandecientes a la luz de la luna
Ofrecen vino espumoso
El precio es alto
Pero A Hou recibe la paga con una amplia sonrisa
En sus habitaciones del sur hay sombras caprichosas.
Los cuervos gritan y se acomodan en los nidos.
La fina espada y el látigo que el porta
Tiene incrustaciones de cuarzo y perlas;
Su caballo blanco resopla una espuma
Que se congela en su crin.
La casa descuella en la colina, sola a la luz de la luna.
El nuevo cliente desmonta cuando el viejo se marcha.
Ella se arregla de nuevo las pestañas y se peina.
LI HE.