Epitafio
Suenan tétricas las notas de la vieja arpa
La luna muestra lo que encierra en su lado más oscuro
Visto de negro y el Dios de los vientos mece enfurecido mis cabellos
Se escuchan en creciendo desazón y penas
Notas oscuras que sangran miserias
cierro los dedos y estos ya no tienen fuerzas
Velas negras encendidas alrededor de mi lecho
y un cirio rojo quemándome las entrañas y los sesos
Sensaciones funestas se instalan en el pecho abierto
dagas de fuego se aprietan contra el alma
Ritual necrofílico en el que invoco destrozar las carnes y huesos,
todas las estrellas de mi universo haláguense esta maldita noche dantesca
El corazón amordazado grita silencioso desangrándose
Se parta en miles de fragmentos acosado, sin remedio
Que muera esta noche el absurdo símbolo del amor
Adormecida la mente se ofusca y se estrecha
El dolor denso avanza hacia la conciencia
y se desbarata toda luz mientras el cuerpo se hace pesado
No hay calidez en tus brazos, no quieres existir
Ni intimidad para las lágrimas y los sollozos
Nada se respeta, todo es profanado y burlado
y mis lunas desorbitadas saltan de sus orbitas inflamadas
Un bello ángel cree tener las respuestas
o quizás la llave de oro que abra la jaula
No puede ver que el colibrí agoniza entre sus manos
Pobre y tierno ángel solo puede mirar al ave destrozarse
abrir la ventana y pensar que la libero
Enredada estoy, maleza putrefacta y oscura
ya ni siquiera me asfixias ,ni me asquea
El antiguo concierto sigue su partitura ancestral
Y el cuerpo se va separando en pedazos de carnes y huesos
Concierto espeluznante de noches de muerte sin resurrección
La preciosa copa colmada de sangre coagulada
y las cenizas me cubren de los pies a la cabeza,
fría habitación oscura y vacía en actitud de olvido
Las cuerdas de tripa humana gritan su desventura
Hermosas melodías de marchas fúnebres ancestrales
parecieran decir no digas amor mas nada
todo debe acabar de prisa no es tiempo de trinos
¡Duerme, duerme que nada ya existe!
Me tienes muerta atada a un tiempo que dejo de ser mío
Hoy solo sé que a pesar de mil grilletes
me alejare hacia la cortinas de flores que lo lejos me llaman
La caja negra retumba escucho y veo gentes
Rostros ni los conozco pero me dicen ven de prisa
no escuches más conciertos de mentiras
El pánico pugna por brotar en grandes borbotones
Estoy vacía de tanto haberte amado príncipe oscuro
ni siquiera tu rostro he visto en mis sueños,
ni tu voz me es familiar cuando el sol se apaga
Solo imágenes amorfas me dicen que fuiste mi amor
Tú sueño oscuro que me empujas hacia precipicios
Tú me abandonas en medio de la oscuridad
sin comprender nada como si fuese un feto
No pretendo ser tu dueña pero tampoco ser tu esclava
Sueños de amaneceres inquietos de imágenes
que yo recree en tu mente hasta incendiar tus cimientes
Hasta reventar de placeres descontrolados
en donde las prácticas sexuales resultaban tus consuelos
Días de risas y otros de angustias desmedidas,
de esperas inútiles en donde se marchitaban
las yemas de los dedos mientras mi alma se esconde
La maleza ensucia de mentiras lo que oculta
y me hunde cual pantano en el fango ponzoñoso
Mi alma hoy canta moribunda sin que me crean
Hoy es noche de concierto y vida mía no luzco de gala
Ni los rizos que tanto amas están hoy dorados,
se vuelven blancos y mi piel morada, muy morada
mientras me ahogo en mis penas desolado veneno amargo
que crece y me mata de a pocos
El concierto de lamentos rompe todos los cristales
mis azules pensamientos golpean tu puerta
y las ventanas se empañan sudando sangre negra
Tengo amores por miles y caricias todas
pero nada me alcanza solo tu amor nefasto
odiosa fealdad que me hace prisionera de mis verdades
La sangre fluye rabiosa sobre la estola de las ausencias
Llevo los zapatos gastados por las rocas del viejo camino
Ya ni siquiera tengo el consuelo de mis antiguos laberintos
y una fuerte roca partió hace mucho todos mis espejos,
solo una manta repleta de azules penas me cubren del frío
¡Oh, malditos dioses que duermen sobre sus glorias!
Mis huesos crispan se destrozan hasta el mismo tuétano
Malditos dioses que retozan sobre sus nubes y no me miran
Mírenme beber mi propia sangre y morderme las entrañas
Rían jubilosos ante mi degradación, miren mis ojos perdidos
miren mi fealdad, tembloroso mi pecho, muerte tangible acercándose al cuerpo
No necesito la protección de quienes nunca me amaron
Ni proyectare mi rabia contra nadie que no sea yo misma
hasta que pueda descansar sobre la tierra húmeda
Hoy solo quiero dejar de ser cobarde y partir amor
porque solo se muere una vez y no será contigo
Jem Wong
26.07.05