Los Cantos De La Muerte
Se ensaña la sangre de eternas tristezas
y ninguno sabe de mis idas confusiones.
Del endurecido corazón y sus angustias.
De la luz sin sombras ni ventanas grises.
Ninguno sabe, que se gastan las sonrisas.
Y los cisnes oyen los cantos de la muerte
girando alrededor de lunas y dagas afiladas
del amor devorado por un inmenso amor.
Sonriendo dormida a la muerte, le canto
a las llamas del deseo que me asesinan.
Y ninguno sabe que las luces del alba
se apagan frente a la ventana cada mañana.
Y ninguno sabe que ya no siento alegría.
Y que mis cielos son cada vez más negros.
Y no me alivian otros dulces aguaceros.
Y mis manos ya solo acarician ríos secos.
Que deseo que se apaguen las rojas llamas
de mi lujurioso universo y del viento verde
de la fiera, que busca con saña su alimento.
Ninguno sabe porque se apagan los soles.
Y la mañana se traga cada día sus rayos
con la blusa manchada de lirios pálidos.
Y voltea el rostro con la risa de la soledad
que ninguno sabe si son mías o ajenas.
Mi libro esta escrito con tintas extrañas
que son viejas arenas nacidas profanas.
Y se libera su voz solo en tristes poemas
que ninguno sabe. La sangre de su yema.
Los ojos se mecen con la fuerza extraña
que no les pertenece y ninguno sabe ver,
acariciar, desnudo el llanto que le aflige.
Que solo es un alma abandonada sin aguas.
Que calmen la sed incendiada de este barro
y el miedo que a la luna le engendra y ata
como tempestad odiosa que me destroza
y que solo con sueños y aventuras pacen.
Jem Wong
1-05-05
"Que nadie se atreva despertar a las bestias"