Tu melodía, poder ardiente mi poder oculto
Me estremece la raíz y los vellos.
Tu medula me canta sus sonrisas al aire
vibrando la punta de mis pies y la cabeza.
Eres, Amor, Vida, Sangre y pasión del alma.
Tú mi amor , mi locura, me someto
me cuelgo de tus ramas, me haces hoja.
Como el gorrión dormido en su nido,
por ti muero y vivo colgada en un garfio
en cruel sensación de placer y extravió.
En eternas ausencias.
En sueños yo por ti vivo.
La piel se me desgarra, liquida en tirones.
Y en alambres, ya cuelgo hecha pedazos
¿Dónde estas?… Me desgañito en tus idas.
¿Seré primavera ya ida?…Y no duermo
¿Es acaso que soy hoja desprendida?
Y es que no me ves en la ventana aparecida
Vivo entre sombras enterrada y amarilla
en el pantano de los dolores.
Los terribles fantasmas se desvanecen
en el bosque intangible de los abismos
sin que se sepa que mi alma tiene frío,
sin una queja solo temores y suspiros.
Como la tierna avecica echada, moribunda
sin recibir siquiera el baño de la esperanza.
La melancolía llega, es una savia redentora
que te baña…y es buena…y te enamora
viento bañado en rubíes, solo sufre te mira,
no te crucifica, ni te miente
solo es un viento tierno y suave
que te invita a quedarte de pie en la tierra.
Viértete sombra leñosa a la luz del amor
llena tus sabios vasos, de vida y risa, amor
sin un luego, vive tierno y sueña pronto.
Ilumina el color que pinta la tristeza
de esta hoja que retorna caprichosa
desde su firmamento de tenue cadmio
a vivir bajo el manto de tus doradas ramas,
clava en esta hoja el pico del ave enamorada.
Déjame árbol, florecer bajo tu sombra
como hoja verde que respira bajo tu peso.
Cobijarme con tus hermosos trinos
buscando mi luz que es tu luz y es tu sombra
que la hoja sea guía, sea llanto, sea flama
que seque el frío, te de color y te de abrigo,
en el resplandor de los deseos irreales.
Sal de tu negra nube con florido amor
Saca la fuerza ciega para iluminar mi vida
no dejes que deambule y que se pierda
separa la tierra, la nieve y el fuego
en el no ser y el ser que habita en mí
Regálame del árbol celeste su fuego
que contiene toda la pasión de tu cuerpo
en ondulaciones brillantes mece mi hoja.
Luz que enciendes el encanto del rocío,
recórreme con tus labios el ombligo
y que la madera ardiente consuma el fuego
de mi hoguera, arde amor dentro de mi cuerpo
así sea solo un sueño.
Llamaradas de placer abonando la tierra
árbol distante derrocha en mí tu magia
se el farol que calme mis deseos
que tu cobijo no sea solo una quimera
que me pierda nuevamente entre tinieblas.
JEM WONG
22.01.2005