Tú Eres… Infinita Variedad De Imágenes Azules
I
Tú eres… la nebulosa que eternamente aprisiono
Médula de amor que atraviesa distancia y tiempo
Conquistando la húmeda piel, los huesos hasta las cenizas
Juramento de sangre, lazo mágico inquebrantable.
Resplandor glorioso de todas mis creencias
Combustión enardecida de amantes enloquecidos
Colosal universo de besos, capricho supersticioso
Pico de jade que se oprime contra mis puertas.
Tú eres… espasmos vigorosos que se expande
Seductora herejía incendiando los corredores
Magma que me recorre y destroza la piel cuando abraza.
Mole que aplasta y quiebra toda resistencia
Pócima de embrujos que abre las extensiones
Él que derrumba el umbral del frente y de la espalda.
II
Tú eres… infinita variedad de imágenes azules
Diente de castaño sobre la perla más sabrosa
Conquistador de mis valles, quebradas y montañas
Explorador de cámaras profundas y manantiales.
Él que prepara la fértil tierra para sembrarla
Fuerza sobre la pelvis que me domina la linfa que arde
Misterio, fragancia, humedad caliente en los labios
Lámpara que ilumina diestro mis goces tan frecuentes.
Tú eres la fiera que estimula la memoria de mis poros
La llave que doblega las cerraduras de oro puro
El mástil orgulloso entre montañas de marfil lozano.
Río de lava constante y dichosa que me enciende toda
Garganta desesperada sedienta de elixires internos
Fuego sagrado, perfume de mis eternas madrugadas.
III
Tú eres la boca que murmura sedienta mi nombre
Los parpados cerrados que me imaginan desnuda
La piedra que canta y me respira detrás de los cabellos
Él me baña completa de esencias y aceites fragantes.
Él que conquista y reclama ser el único dueño
Él que suplica morirse bebiendo de mis fuentes
La inhóspita orilla que me baña con siglos de deseos
La pluma que reclama, la piedra que arde enceguecida.
El agudo dolor que me atraviesa enajenado
El alma desnuda que se contorsiona delirante
Conquistador de sueños y abrigo de mis ilusiones.
Tú eres el escultor que sucumbe entre los maizales
Él que espera en la oscuridad para ser condena y condenarse
La flor de mi negro ataúd, la gigantesca piedra hambrienta.
Tú eres…el cántico extraño que me consume completa.
FANNY JEM WONG
26.09.05
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