“El benefactor llama a la puerta, pero el que ama la
encuentra abierta”.
La puerta del cielo
Tú abriste aquella puerta que me llevo al cielo.
Mis piernas temblaron como velamen
que al viento,
y el amor entro contigo,
caminaba tranquilo… deje todos los miedos.
Eres hombre hecho amor y para amarse.
Un dulce algodón que pasea por mi cuerpo,
que entra al amanecer
para no separarse más.
Alfiler de oro con cabeza de diamantes
que se prende al cuerpo
más allá del bien y del mal.
¿Como podré ahora cerrar la puerta y no escapes?
Si todo mi deseo amado
es estar ligada a ti como argolla dorada
que se incrusta en la entraña
¿Cómo podría calmar la ansiedad de no tenerte?
Si en cada noche espero
la hora en que vuelvas a ser
quien toca mis cuerdas incansablemente
y te claves en cada partícula de mis carnes.
En el dulce esperar la ternura de tus noches
y de tu amanecer.
Aflojas mis vestimentas descubriendo las auroras
con furia llena de deseos,
erizándome rojos los picos
con tu perfume de clavo y canela,
aromando todos los espacios
y se esconda la luna avergonzada.
Los sollozos viajan en nubes de deleite,
navegando por desiertos,
valles, mares y montañas,
las promesas huyeron despiadadas
…con ojos ciegos
mientras mis fosas arden y pulsan hambrientas.
Muero por tu punzante joya, diadema amada
me hace vivir enardecida
de tus besos hambrientos
besos eternos.
¡No, quiero desprenderme de tu boca!
Que todas las estrellas se queden ciegas
…y la noche,
la noche se torne aún más negra y se muera sola.
Que mis dedos descarguen sus relámpagos.
Tú piel abra los poros y se trague mis átomos.
Corra el néctar del monte a las montañas
y mis pies naveguen
en el mar de los deseos.
Inflámate y reviéntate en tormentas
…sin obstáculo,
toda oposición será por mí vencida,
viviré ebria
y así te arrancare gritos
desgarradores de pasión
delira con mi aliento,
conquista todos mis lados.
Paséame tu linda joya,
limpia amor mi roja boca
dame de beber tus aceites de almendros,
ábreme la puerta,
levántame hasta el cielo
mientras mis brazos aprisionan los tuyos
Sé mi lanza, sé el ser que me atraviesa,
la puerta que me lleva
a la claridad de la dicha eterna.
FANNY JEM WONG.
27-01-2005.
“Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te
seguirá hablando”.
JEM