MI AMIGO WALTER FAILA ESCRIBIÓ : VACIOS
Los niños han pasado por frente a mi ventana,
muslos de piedras, rostros de santos, gritos de alegría.
Quisiera seguirlos en sus danzas de vientos y de flores,
hurgarles los suspiros que se escapan de sus cantos.
Tengo la libertad de las aves que el cielo desconocen.
Una mina de oro oscuro enterrada en el recuerdo,
una cima de palmeras que está al borde del abismo.
La agitada lentitud de mis piedras se desgastan
en el afán del eclipse que diseña mi cansancio.
Necesito de tus brazos como agua a mi fontana.
Requiero que los muros deslicen sus portones.
Que se abran como pétalos las rosas dormidas,
que musiten dos palabras de amapolas
en la arcilla en que se mueren mis jardines.-
Necesito despertar en las mañanas y saber
que hablan mis sueños mientras duermo.
¡La ciudad vibra como una cuerda!
Desde el mirador observo extasiado el mar ausente
que jamás llega a las playas donde dejé mi huella.
La oscuridad se adormece estremecida entre mis manos,
la frente se me ciñe a las horas que aun me restan.
Soy un fantasma rodeado de pedazos de vida,
en el rompecabezas donde abundan mis fragmentos.
Nada que decir, nada que hacer, nada que soñar.
Noche muda, noche leve, pájaro de adobe.
La casa es grande para encerrar en ella tanta nostalgia.
La vida es chica para obtener de ella tanto diluvio.
Walter Faila