Con la palabra muda, también… con el silencio absorto.
Voy trazando la huella, para llegar a tu vereda,
por el confín del músculo, de éste pensamiento loco.
¿tu corona ofrendada de deidad y princesa?
Quizá en el regazo negro de tu dualidad sin fondo,
¿ o acaso, con un bruno espesor te adormeciste en el trono?
azul de pena, el cielo infame y triste se ha caído
por un horizonte de túnel que vuelve al sueño, mas hondo.
línea de agua que yergue la prontitud de mis ojos.
Por la cintura de tu vientre cae mi ansia en el pozo,
cenando con las ausencias en su abadía de apóstol.
despiértame del vacío de tus muslos blancos
revíveme en el membrillo de tus labios rojos.
Que voy a ti,
con el alma noble, tal vez… con mi sueño loco,
con mi ceniza en ti, también, con mi piel de agosto,
con mi pecho abierto, si…con mis ojos rotos.-